¿De qué hablamos cuando hablamos de Cosmética Natural?

 


A la hora de elegir cómo cuidar nuestra parte exterior, el mercado nos propone y ofrece un sinfín de fórmulas y productos mágicos que prometen disminuir arrugas, afinar poros o reducir la celulitis en sólo dos semanas.

Más allá de la veracidad de sus efectos, quisiéramos detenernos un momento en las consecuencias de la cultura de la inmediatez en dónde más allá del cómo, lo importante es que sea cuánto antes. Parece que en el mundo globalizado en que vivimos, el tiempo corre más rápido que nunca y no podemos darnos el lujo de perderlo.

Pero practicar la espera como ejercicio "anti ansiedad" tiene beneficios. Y no sólo hablamos de cosmética, sino de un estilo de vida, una manera de ser más calma, no necesariamente más lenta, sino una que se detiene a observar los procesos, a atravesar momentos sin activar el modo avión, prestando atención a los detalles de las experiencias y no solamente a los resultados.  

Ser pacientes en una sociedad que nos empuja constantemente al acelere es un acto de rebeldía. La Cosmética Natural nos invita a esto. A disfrutar de la conexión que se genera entre nuestro cuerpo y los aceites esenciales, las arcillas, las semillas o las plantas, a aceptar la espera, a gozar de las transiciones, a amigarnos con el "largo plazo", porque es posible que los frutos del uso de la cosmética sustentable se hagan latentes en periodos más largos, pero tenemos la tranquilidad de saber que no estamos introduciendo en nuestro organismo ningún componente que muchas veces funciona como un parche momentáneo. 

La Cosmética Natural nos ofrece no solo soluciones sino también una filosofía de vida, te invitamos a que la pruebes.



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